Desde el sábado hasta el lunes Rafael y yo hemos pasado unos días en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar con unos amigos, en la casa que una de ellos tiene en San José. En el paisaje hay una mezcla extraña de belleza y desolación, naturaleza prístina y sordidez -prósperos plásticos y rescoldos de la pobreza que fue-. Dejo algunas fotos que he hecho.
La luz del atardecer en el que visitamos la Isleta del Moro propiciaba unas fotografías que ahora me recuerdan las postales religiosas de mi infancia, aquellas en las que un paisaje se acompañaba de la correspondiente reflexión o exhortación piadosa.
Había muchas gaviotas. Conforme oscurecía, el mar se confundía con la arena y la roca. También descubrí a uno de los actores de La historia interminable en su retiro dorado en la costa de Almería.


1 comentario:
Decía una amiga: "A mí aquello [el Cabo de Gata] no me gusta. Está muy desierto todo... No sé, que hagan unas casicas o algo, ¿no?".
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