Vuelve el Hay Festival a Granada. Es una de esas cosas absurdas que suceden en esta ciudad, como cuando el París-Dakar comenzó a salir de aquí y pasó a llamarse Granada-Dakar: según tengo entendido, el nombre del Festival proviene de una localidad galesa donde se celebró, o se celebraba, originalmente; así que ahora se llama Hay Festival Alhambra, para diferenciar. Y el caso es que creo que se hace también (o se ha hecho, no sé si repiten como aquí) en otras ciudades del mundo. La cosa tiene un tufillo característicamente socialdemócrata -tipo forum de Barcelona- de contestatarios que se fingen en los márgenes cuando se hallan ubicados con toda comodidad en el centro mismo del poder y de la influencia y le dicen su público lo que quiere oír: que otro mundo es posible y que las civilizaciones tienen que aliarse, y alguien se lo lleva calentito a costa de la buena conciencia derramada. Encima está el precdente de la cierta decepción que fue, el año pasado, la intervención de Umberto Eco y el rumor, proveniente de una fuente fiable, de que se sugería a los ponentes que moderaran el tono intelectual para hacerse accesibles a todo tipo de públicos. Con todo, iré a cosas, claro; y pagando, que cada acto (eventos los llaman en el programa oficial, ¿ustedes creen?) cuesta cinco euros: mañana, a la conferencia de José María Ridao sobre la Caída del Muro de Berlín (a lo que no creo que me quede es a la mesa redonda de después, incluida en el precio, "de la caída del muro a la crisis del capitalismo" porque, habida cuenta del plantel de integrantes, donde incluso se ha colado un cateto de Graná, me puedo cabrear pero de verdad); el viernes, al vis a vis entre Arcadi Espada (¿pero qué hace un chico como tú en un sitio como este y con esas compañías?) y Miguel Ángel Aguilar, que hablarán sobre los blogs y su incidencia en el periodismo actual; y, ese mismo día, por la tarde, a la conferencia de Fernando Savater (éste, un pie dentro y uno fuera del tono del Festival), que tratará uno de sus temas característcos: una reflexión sobre la mala prensa actual del concepto de progreso en el sentido ilustrado del término. Veremos.
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