Uno siempre sospecha que existe manipulación informativa por parte de algunos medios de comunicación, sobre todo determinados periódicos de Internet (que por otra parte apenas esconden sus tendencias políticas). No obstante, cuando descubro de manera empírica que lo que se dice en una noticia es falso o está tergiversado, porque conozco la realidad, no puedo por menos que sentir una fuerte desazón; porque además, el propósito de esa noticia suele ser azuzar, cabrear al lector comulgante con el medio más allá de la mera disensión -esto puede apreciarse leyendo los comentarios que se dejan en las noticias en cuestión, amparados sus autores por el anonimato. Y podría ser que un día alguien acabara por cabrearse en exceso y cometiera una barbaridad en nombre de una información que, sencillamente, era falsa. La irresponsabilidad de estos medios, que quizá sólo buscan audiencia mediante la carnaza, es tremenda.
Dos ejemplos; cierto que de la misma tendencia política; no digo que no existan de otras, pero de estos puedo dar cuenta de la manipulación. En esta entrada voy a contar el primero.
Hay una noticia que ha circulado con alegría por diversos medios, alguno de los cuales, como Libertad digital, la ha repetido de forma periódica, a saber: que existe un libro de texto de la asignatura de Educación para la ciudadanía, publicado por Akal, que dice toda una serie de barbaridades de extrema izquierda: ejemplo palpable de la vocación adoctrinadora y perniciosa de la asignatura, etc. La noticia vuelve a los digitales con la persistencia de un rumor, quizá cuando no tienen nada mejor que colgar. A pesar de que el libro lleva ya una año editado, hoy mismo, El Confidencial digital, vuelve con ello. Pues bien: en ese libro, en efecto, se vierte unas opiniones de extrema izquierda más que discutibles, y, en mi opinión, ridículas cuando no directamente repugnantes; pero no se trata en absoluto de un libro de texto; es un ensayo dirigido al público adulto, una reflexión de sus autores sobre la razón de ser de una asignatura como EpC; éstos, además, desde su marxismo radical, se muestran en contra de aquélla por razones opuestas peros simétricas a las de sus detractores de derechas: por considerarla un mero adoctrinamiento, sólo que en este caso en la ideología de lo políticamente correcto y de un capitalismo disfrazado de progresismo (y por ende más peligroso); o sea, que les parece timorata y no lo suficientemente radical. Los medios que han hablado de ello lo saben: basta con entrar en la información del libro en la página web de la editorial. Y, sin embargo, siguen presentando el libro como de texto y crispando a gente que, incluso de buena fe, se lo cree, se cree que los escolares están aprendiendo todas esas cosas.
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