Para conmemorar su cuarenta aniversario, la editorial Anagrama ha decidido sacar una colección de quiosco con cien de sus títulos más representativos, tanto de narrativa como de ensayo, con el diseño característico de sus libros, pero editados en cartoné plastificado color oro viejo (la manía de los diseñadores de colecciones de quiosco de suplir la supuesta inferioridad del producto con una suerte de suplemento en oro, falsa piel o filigrana). Tras las preceptivas ofertas de lanzamiento, que incluían un libro-catálogo ad hoc con información sobre Jorge Herralde, la editorial, las obras y los autores seleccionados, cada ejemplar se venderá a 9,95 euros.
El otro día compré Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño: una de esas novelas que, por la sinopsis, el comienzo, las referencias y algún precedente, sé de antemano que voy a disfrutar. Por lo que respecta a la colección, algunos títulos merecen la pena, por precio (como es éste el caso) o por ser ya díficiles de encontrar; no obstante, la colección en sí tampoco es la panacea: como otras semejantes, aun la solidez de la encuadernación, en algunos casos (he visto otros libros), el papel es malo y los márgenes, infames; los mismos títulos en la propia edición de bolsillo de Anagrama son más baratos y de mejor calidad.
El otro día compré Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño: una de esas novelas que, por la sinopsis, el comienzo, las referencias y algún precedente, sé de antemano que voy a disfrutar. Por lo que respecta a la colección, algunos títulos merecen la pena, por precio (como es éste el caso) o por ser ya díficiles de encontrar; no obstante, la colección en sí tampoco es la panacea: como otras semejantes, aun la solidez de la encuadernación, en algunos casos (he visto otros libros), el papel es malo y los márgenes, infames; los mismos títulos en la propia edición de bolsillo de Anagrama son más baratos y de mejor calidad.
3 comentarios:
La manía es más bien de las editoriales. Seguro que los pobres diseñadores están horrorizados de tener que hacer algo así.
En la mayoría de grandes librerías que he visitado en Canadá hay en estante dedicado a Roberto Bolaño. Parece que también es alguno de sus libros es libro del año para el New York Times.
Yo he escuchado críticas dispares sobre el último libro que escribió antes de morir.
El último que he leído antes de abandonar Toronto es La voz dormida, de Dulce Chacón. Me ha parecido francamente bueno. No me lo esperaba así. Creo que El corazón helado es deudor en cierto modo de este libro.
Por cierto, estoy escribiendo desde el bus camino del aeropuerto. Tiene enchufes y wifi gratis. Esto es vida!!!
Querido Esteban: a mi me extraña mucho el éxito súbito de Bolaño en los EE.UU., y sobre todo que esté auspiciado por clubes de lectura midcult: leí la primera parte de 2666 (abandoné la obra cuando el trabajo me desbordó) y, personalmente, me gustó muchísimo, pero me pareció muy compleja y sobre todo metaliteraria para el lector común (hablaba de escritores, crítica literaria, congresos... un poco en plan novela de campus más otros elementos). En fin. Pero me alegro.
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